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    jueves, 4 de mayo de 2017

    Albañiles oficio de orgullo y vulnerabilidad laboral



    Benny Cruz Zapata

    Ciudad Victoria, Tamaulipas.-Ellos son los reyes del relajo y de la pala, de la broma y del cemento; orgullosos del oficio al que muchos han dedicado toda su vida; no les falto el pollo asado ni cerveza para recordar su Día, el Día de la Santa Cruz, o de los albañiles, ayer como siempre se sintieron orgullosos que con sus manos y su sudor han construido las casas más hermosas, los edificios más modernos de la capital o han puesto las cuatro paredes de material que block a block dan testimonio de que su trabajo no ha sido en balde.

    De lo anterior da testimonio Don Juan Navarro Tobías quien a sus 52 años sigue disfrutando su trabajo, que le ha permitido sacar a sus hijos adelante:

    “En temperaturas como esta pareciera que estamos trabajando en el mismo infierno, pero no hay de que quejarse, el trabajo es una bendición y así lo veo desde hace 35 años, apenas llegaba a los 17 años de edad cuando empecé agarrar la pala y la cuchara ya llovió pero sigo activo y eso ya es mucha ganancia”.
    Habitante de la Colonia Echeverría no lleva cuenta de cuantas casas en la capital llevan su granito de arena:

    “A mí me gusta mi trabajo, desde las siete de la mañana hasta que ya cae la tarde regreso a mi casa, en donde mi familia tiene techo y sustento y eso se agradece”.

    En el llamado Día de la santa Cruz, los obreros de la construcción montaron sus cruces, porque a su decir la celebración no debe pasar en blanco y si en antaño se celebraba con fiesta y algarabía, y ahora es diferente porque hay patrones que si se acuerdan, trabajadores como Justino Torres Martínez de la Colonia Treviño Zapata, quien a sus 65 años sigue trabajando, esta tradición debe de seguir:

    “En mi familia ser albañil era ya una forma de vida; desde jovencito mi papa nos decía que este día había que poner la cruz para celebrar el oficio, pedir por que la obra sea conducida a buen final, esta vez el patrón se hizo el desentendido y ni un refresco nos pagó, pero como quiera entre nosotros hubo festejo con pollo y cerveza”.

    Agrega que está contento porque a sus años le siguen dando trabajo:

    “Lo malo que aquí no se hace antigüedad, uno se la come como la encuentra, así fue toda mi vida, 40 años trabajando la mezcla apenas para mal comer y pasarla, gracias a Dios que mis hijos ya están grandes, aunque no son profesionistas si tienen otros trabajos de sombra”.

    Ellos forman el sector más vulnerable de la cadena laboral con sueldos que van de los 900 a los mil 500 pesos semanales y jornadas interminables bajo las inclemencias del tiempo, lo mismo aguantan temperaturas de 40 grados que el frio en el invierno.

    Ellos ven transcurrir su vida, y lo que es peor, a veces la de sus hijos y hasta sus nietos, porque a decir de Don Andrés Terán, de la Colonia Casas Blancas; es un oficio que se hereda, al igual que la pobreza:

    “Yo ya llegue a viejo y ando aquí de fierrero, que es lo único que puedo hacer, pero mis hijos y mi nietos tuvieron el mismo destino que yo, no nos pesa porque a pesar de todo de aquí sacamos para comer y mandar a la escuela a los hijos de los nietos, que ojala no se anden sobando el lomo como uno”.

    Relata que se llega a albañil por necesidad, bajo el sol, con frio y hasta con lluvia uno tiene que trabajar porque tiene que comer; se labora sin prestaciones de ley: “Uno trabaja libre, ni pensar en seguro social o vacaciones, agradecemos que haya chamba porque a cómo está la situación; si trabajas hay para comida y si no, pues a batallar”

    De acuerdo al Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), en el país más de 350 mil personas se dedican al ramo de la construcción, son peones, ayudantes, marreros, chatarreros, azulejeros, fierreros y un abanico de oficios que son los constructores lo mismo de casas ajenas hasta grandes edificios.

    A nivel Tamaulipas el reporte oficial que tiene la Confederación de Trabajadores de México -CTM- tan solo en esta agrupación son más de 40 mil los trabajadores de la construcción debidamente registrados, de los cuales, mil 500 están en Victoria, dos mil 500 en la zona conurbada -Tampico, Madero y Altamira- y un número proporcional en cada uno de los municipios fronterizos como son: Matamoros, Nuevo Laredo, Reynosa, en tanto que los demás están distribuidos en el resto del estado.

    El día de la santa Cruz

    La celebración de la Santa Cruz inicia en los albores del siglo XVI, cuando el capitán Juan de Grijalba nombró \"Isla de la Santa Cruz\" a la isla de Acuzamil o Cozumel de Quintan Roo. En México es celebrada mayormente por gremios involucrados en la construcción, como los albañiles. La celebración inicia con la colocación de una cruz, adornada con flores y papel, en una parte alta y visible de la construcción (obra). Continúa con una fiesta con comida típica de la región, cerveza, tequila, mezcal, y otros derivados de la fermentación en el lugar donde se desarrolla la obra.

    Durante el 3 de Mayo los albañiles construyen altares dedicados a la cruz, los adornan con flores, velas y papel de muchos colores. La gente que trabaja en las construcciones para de trabajar al medio día, y se espera que realicen alguna celebración, siendo el padrino el patrocinador de la obra. Una noche anterior se prepara una cruz hecha de desperdicio de la obra y la adornan con lo que se encuentran a la mano. Esta cruz es colocada en el lugar más alto de la obra y la terminan de adornar con papeles de colores y flores.

    Antecedente católico

    Como ocurrió con muchas otras festividades prehispánicas, con la llegada de los españoles y en su afán evangelizador, se buscó empatar estas fiestas con una contraparte católica para así redirigir la devoción original.

    A finales del siglo tercero, la emperatriz Elena se abocó a hallar la cruz en la que Cristo murió. Como parte de sus pesquisas mandó demoler un templo dedicado a los viejos dioses paganos de los romanos, y bajo los escombros hallaron las tres cruces. Para descifrar cuál era la que había sostenido a Jesús, llevaron a un moribundo y lo hicieron tocar cada cruz; en cuanto tocó una de estas recuperó instantáneamente su energía vital. Por este hallazgo la mujer fue canonizada, y hasta la fecha se le venera como Santa Elena de la Cruz.
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